Pues nada, por si alguna vez vamos a Finlandia en pleno invierno, que no sea escusa la nieve, y decir que nunca hemos entrenado con nieve ;o)
Ayer 8 de marzo, fue un día poco normal, nevo en Barcelona, pero no nevo poco, no....si no que lo hizo como si no hubiera nevado desde hace 17 años por lo menos.
Nevo con ganas, con tantas ganas que colapso la ciudad. Como yo soy poco catastrofista, nunca pienso en lo que me puede pasar o lo que puede haber pasado, y continué con normalidad mi rutina.
Me fui a la piscina, a intentar cumplir con mis entrenos (lógicamente después de que acabara la nevada sobre las 20h), pero mi sorpresa fue cuando no pude entrar por la carretera habitual, así que di media vuelta e intente entrar por la otra carretera, pero también estaba cortada. Así que decidí ir al club con los perros. Pensaba que algún otro loco estaría por allí, pero también me equivoque. El club estaba de postal, todo nevado, nieve virgen sin pisar, pero claro Baloo y Nana estropearon la foto, y empezaron a pisar y comer nieve por todas partes.
La verdad que eso parecía el apocalipsis, en los escasos 400 mts de carretera, me encontré con coches abandonados en la cuneta, arboles rotos en medio del camino, una persona que apareció de la nada, andando bajo la nieve, y un silencio invernal impresionante.
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